San José empató con Florida 2 a 2 tras ir siempre en desventaja
Los pibes de San José empataron la primera final del Sur en el Estadio y comprometieron su futuro. La selección siempre corrió de atrás a Florida en el marcador sufriendo un tormento con nombre y apellido: Mathías Larroca. Convirtió los dos tantos de su equipo para que los floridenses intenten arrebatarle la copa a San José en unos días.
Los pibes de San José corrieron a Florida de atrás todo el partido. La potencia goleadora de Mathías Larroca –a sabiendas y todo- volvió a producir estragos: convirtió 2 tantos y –ahora más que nunca- sigue cortado solo en el tope de la tabla de goleadores con 14. Pese a ser referencia ineludible en la marca, no pudieron con él. Su caso es similar al del delantero de San José Bruno Arqueta en el 2006: pelota que le tiraban, pelota que metía. Un goleador en racha es así: no falla y se convierte en un tormento. En la temporada pasada, Arqueta fue razón determinante para que la selección llegara a la final del Sur (eliminando al propio Florida en la “semi”) y la ganara. Esta vez, el francotirador de los juveniles cambió de bando, sigue cargado y tira a matar. Los pibes blancos, sin chaleco antibalas, y demasiado ingenuos para anularlo lo sufrieron demasiado. Algo extraño, porque San José ya estaba advertido de cual era el jugador a borrar del campo para librarse de problemas. Sin embargo, cada descuido sobre él se pagó con goles. El piberío de Gasso no tuvo más remedio que correr de atrás a los flo
ridenses. Siempre. Aunque la reacción, para bien de San José, no tardó mucho. Marcelo Ruiz, puso la primera igualdad (San José estaba perdiendo desde los 44’ del tiempo inicial) y después Luis Pastorín clavó en el complemento el 2 a 2 tras salir nuevamente desesperado a intentar el equilibrio. Para como se dio el proceso del juego, el resultado no es para despreciar aunque empatar en el Estadio no es nada recomendable. Lo que sí puede funcionar como alivio es que los goles de visitante no cuentan en esta definición y con empatar (0 a 0 o 1 a 1), San José estará forzando un tercer partido. Y, por supuesto, de ganar estará reteniendo la corona de mejor de Sur. Para la segunda final, seguramente la lección ya está aprendida: todos contra Larroca. Si San José le quita los ojos un segundo de encima la copa sureña cambia de mano. Aún hay tiempo de aprender del error. De eso se trata todo. Y más si se trata de fútbol.
Los pibes de San José empataron la primera final del Sur en el Estadio y comprometieron su futuro. La selección siempre corrió de atrás a Florida en el marcador sufriendo un tormento con nombre y apellido: Mathías Larroca. Convirtió los dos tantos de su equipo para que los floridenses intenten arrebatarle la copa a San José en unos días.
Los pibes de San José corrieron a Florida de atrás todo el partido. La potencia goleadora de Mathías Larroca –a sabiendas y todo- volvió a producir estragos: convirtió 2 tantos y –ahora más que nunca- sigue cortado solo en el tope de la tabla de goleadores con 14. Pese a ser referencia ineludible en la marca, no pudieron con él. Su caso es similar al del delantero de San José Bruno Arqueta en el 2006: pelota que le tiraban, pelota que metía. Un goleador en racha es así: no falla y se convierte en un tormento. En la temporada pasada, Arqueta fue razón determinante para que la selección llegara a la final del Sur (eliminando al propio Florida en la “semi”) y la ganara. Esta vez, el francotirador de los juveniles cambió de bando, sigue cargado y tira a matar. Los pibes blancos, sin chaleco antibalas, y demasiado ingenuos para anularlo lo sufrieron demasiado. Algo extraño, porque San José ya estaba advertido de cual era el jugador a borrar del campo para librarse de problemas. Sin embargo, cada descuido sobre él se pagó con goles. El piberío de Gasso no tuvo más remedio que correr de atrás a los flo
ridenses. Siempre. Aunque la reacción, para bien de San José, no tardó mucho. Marcelo Ruiz, puso la primera igualdad (San José estaba perdiendo desde los 44’ del tiempo inicial) y después Luis Pastorín clavó en el complemento el 2 a 2 tras salir nuevamente desesperado a intentar el equilibrio. Para como se dio el proceso del juego, el resultado no es para despreciar aunque empatar en el Estadio no es nada recomendable. Lo que sí puede funcionar como alivio es que los goles de visitante no cuentan en esta definición y con empatar (0 a 0 o 1 a 1), San José estará forzando un tercer partido. Y, por supuesto, de ganar estará reteniendo la corona de mejor de Sur. Para la segunda final, seguramente la lección ya está aprendida: todos contra Larroca. Si San José le quita los ojos un segundo de encima la copa sureña cambia de mano. Aún hay tiempo de aprender del error. De eso se trata todo. Y más si se trata de fútbol.