Sorpresivamente Gustavo Ferreira inició su segundo mandato en la Liga Mayor: “espero que no se repitan algunos errores del año anterior”
Una año atrás, Gustavo Ferreira, a horas de asumir su primer período en la presidencia de la Liga Mayor era optimista de poder torcer el inexorable destino de renuncia que había barrido con sus antecesores. Es más, en una atinado razonamiento había definido al órgano rector de nuestro fútbol como “una máquina de devorar dirigentes.”
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Pocos meses después, como lo había definido, la Liga terminó devorando entero al nuevo cuerpo de neutrales y –mientras hacía la digestión- tuvo que atravesar el final del 2006 y el comienzo del 2007 con un vacío de poder que multiplicó la incertidumbre sobre el futuro político de la institución. El tiempo pasó, y con la Asamblea de Clubes dirigiendo la batuta, llegó el tiempo límite de nominar a las autoridades que le devolvieran a la Liga Mayor el poder de decisión. Lo que nadie sospechaba era que ese mismo hombre que había intentado poner orden en un ambiente “ingobernable” y
murió en el intento, al renunciar con su equipo de trabajo en pleno tras cuestionarse duramente a determinados componentes, volvería a ocupar el cargo.
Intensos contactos y convencimiento mediante, la vuelta a la “máquina de picar carne” ocurrió en la noche del lunes en la sesión programada en Casa de los Deportes.
Al asumir expresó ante los delegados de los clubes “venimos a trabajar en serio, darle a las instituciones las garantías que se merecen. Acá no habrá hijos ni entenados, venimos a trabajar por el deporte”. Ferreira estuvo acompañado por el otro de los neutrales designados por la Junta de Dirigentes, Aníbal Pimienta. En el acto de asunción comentó: “estamos dispuestos al mayor esfuerzo para elevar el nivel de la Liga Mayor”. En su parlamento, Ferreira citó a la traumática experiencia del año anterior, cuando debió salir por la puerta de atrás a causa de conflictos originados en la administración: “espero que no se repitan algunos errores del año anterior, el compromiso es que estemos todos en un pie de igualdad, acá no habrá clubes de adentro o de afuera”. Pimienta al volver a asumir como neutral de la organización del fútbol local dijo “vamos a trabajar en conjunto, lamentablemente el año pasado nos tuvimos que ir, hay una crisis política en el fútbol, vamos a aportar ideas y compartirlas con ustedes”. Asimismo declaró “voy a trabajar por todas las instituciones”. Sobre el armado del cuerpo neutral íntegro, el presidente nominado manifestó “vamos a evaluar los nombres que van a trabajar en esta administración, queremos que tengan el mismo perfil, que hablemos el mismo idioma. Sin prisa, sin pausas vamos a definir los nombres”. Por estas horas, tanto Ferreira como Pimienta intensifican las conexiones para confirmar quienes serán los restantes cuatro neutrales que completen el cuerpo.
Una año atrás, Gustavo Ferreira, a horas de asumir su primer período en la presidencia de la Liga Mayor era optimista de poder torcer el inexorable destino de renuncia que había barrido con sus antecesores. Es más, en una atinado razonamiento había definido al órgano rector de nuestro fútbol como “una máquina de devorar dirigentes.”
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Pocos meses después, como lo había definido, la Liga terminó devorando entero al nuevo cuerpo de neutrales y –mientras hacía la digestión- tuvo que atravesar el final del 2006 y el comienzo del 2007 con un vacío de poder que multiplicó la incertidumbre sobre el futuro político de la institución. El tiempo pasó, y con la Asamblea de Clubes dirigiendo la batuta, llegó el tiempo límite de nominar a las autoridades que le devolvieran a la Liga Mayor el poder de decisión. Lo que nadie sospechaba era que ese mismo hombre que había intentado poner orden en un ambiente “ingobernable” ymurió en el intento, al renunciar con su equipo de trabajo en pleno tras cuestionarse duramente a determinados componentes, volvería a ocupar el cargo.
Intensos contactos y convencimiento mediante, la vuelta a la “máquina de picar carne” ocurrió en la noche del lunes en la sesión programada en Casa de los Deportes.
Al asumir expresó ante los delegados de los clubes “venimos a trabajar en serio, darle a las instituciones las garantías que se merecen. Acá no habrá hijos ni entenados, venimos a trabajar por el deporte”. Ferreira estuvo acompañado por el otro de los neutrales designados por la Junta de Dirigentes, Aníbal Pimienta. En el acto de asunción comentó: “estamos dispuestos al mayor esfuerzo para elevar el nivel de la Liga Mayor”. En su parlamento, Ferreira citó a la traumática experiencia del año anterior, cuando debió salir por la puerta de atrás a causa de conflictos originados en la administración: “espero que no se repitan algunos errores del año anterior, el compromiso es que estemos todos en un pie de igualdad, acá no habrá clubes de adentro o de afuera”. Pimienta al volver a asumir como neutral de la organización del fútbol local dijo “vamos a trabajar en conjunto, lamentablemente el año pasado nos tuvimos que ir, hay una crisis política en el fútbol, vamos a aportar ideas y compartirlas con ustedes”. Asimismo declaró “voy a trabajar por todas las instituciones”. Sobre el armado del cuerpo neutral íntegro, el presidente nominado manifestó “vamos a evaluar los nombres que van a trabajar en esta administración, queremos que tengan el mismo perfil, que hablemos el mismo idioma. Sin prisa, sin pausas vamos a definir los nombres”. Por estas horas, tanto Ferreira como Pimienta intensifican las conexiones para confirmar quienes serán los restantes cuatro neutrales que completen el cuerpo.
